Repensar nuestros modelos mentales en ALT

Por: Belén Cavanagh

07/24/2020

¿En qué modelos mentales y/o creencias, se apoyan tus decisiones del día a día? ¿Alguna vez te preguntaste por qué hacés lo que hacés o por qué pensás de esa manera?

 

“Hasta que el inconsciente no se haga consciente, el subconsciente dirigirá tu vida, y tú le llamarás destino” Carl Gustav Jung

 

Nuestras acciones son síntomas de estos supuestos (modelos mentales) en los que creemos,  muchas veces, de manera inconsciente. Es súper liberador ponerles un nombre, identificarlos, para transformarlos y/o reconocerlos. Al igual que los miedos, como la fábula de Rumpelstinski, es necesario nombrarlos para domarlos, si no los identificamos siempre vamos ser esclavos de ellos, simplemente reaccionando y no eligiendo.

Hay mucha literatura y diferentes definiciones sobre modelos mentales aplicadas en distintas disciplinas, pero desde ALT, curso de innovación social y de autoconocimiento que creamos junto a Amani Institute, Njambre y alumni de Amani, tomamos la definición de Peter Senge (1990, p. 175) “supuestos, generalizaciones o incluso imágenes profundamente arraigadas”.

Einstein decía “No podemos solucionar problemas con el mismo pensamiento (modelo mental) con el que los creamoss” por eso, desde ALT invitamos a Celsa Calderoni, Marcela Ricupero y Pablo Bocco (todos ellos Amani fellows, pero con trayectorias muy diferentes) para que nos cuenten qué modelos mentales fueron derribando o aceptando para llegar a donde están hoy en su camino de impacto social.

 

“El arte y el impacto social no pueden combinarse”

Celsa Calderoni es fundadora de CAMARONI producciones donde hacen videos documentales exclusivamente para el sector social desde 2013. Es mexicana, licenciada en Comunicación por la Universidad Iberoamericana CDMX y videógrafa. En su experiencia, ser emprendedora social es ser amiga del caos. Celsa sabía lo que quería: contar historias, ser su propia jefa y viajar; y alineando estos tres deseos se descubrió como emprendedora social. 

“El sector social necesita contar sus historias porque son historias increíbles. Las necesitamos contar para que el mundo entienda que tenemos muchos problemas pero hay muchísimas soluciones que están ahí, esperando ser contadas.”, cuenta Celsa. 

En su camino, descubrió que no hay fórmulas pero encontró algunas respuestas:

  • Comenzar como se pueda: Para ser emprendedora, hay que dar el primer paso, empezar donde se pueda. “Mi primer video lo hice para una organización social, en la región donde está la población más grande de afrodescendientes de México, cerca de Acapulco. Fue extremadamente interesante porque yo no sabía que había una comunidad tan grande en México, y no conocía la tecnología que estaban instalando, una estufas Patsari, que son unas estufas eficientes de leña que sacan el humo de las casas y reducen el consumo de leña, y mantienen el calor.  Yo entendí que no hubiera podido llegar a esa comunidad sola, ni hubiera podido entrar a las casas y escuchar a las personas si hubiera estado sola. La cámara te permite explorar muchas historias. La gente cuando ve las cámaras abre sus puertas.”
  • Equivocarse y volver a intentar: “Escogí la trinchera que pensé que podía dar batalla. Escogí video porque es el lenguaje que entiendo, el lenguaje con el que me puedo expresar, y dárselo a un lugar que nos necesita.” 
  • Adaptarse para alinearse con el propósito:  para Celsa, uno de los desafíos más grandes para trabajar con ONG es el presupuesto.  Una organización “sin fines de lucro” muchas veces no elige invertir en comunicación porque tienen otras urgencias para resolver. Pero desde Camaroni, no solo hacen un video sino que contrastan la idea que tiene la organización de lo que está haciendo, con lo que está ocurriendo realmente en el territorio. Por eso el modelo de Camaroni se ha adaptado a trabajar con el sector social, desde lo económico, técnico, para dar un servicio que visibilice las causas y que esté al alcance de la organización. “Las organizaciones a veces se vician en su comunicación, tienen una idea de lo que son y no quieren salir de ahí. Y nosotros somos personas externas y nuestra mirada es estar en el campo, estar con la población, logramos explorar sus mismas visiones de una manera diferente. Y esto es muy interesante para las organizaciones, es una buena manera de reevaluar lo que vienen haciendo.”
  • Si vas a documentar el mundo, hacelo como una pregunta abierta:  Todos tenemos prejuicios, nuestro trabajo es sacárnoslos. “Para mí,  la cámara es una ventaja. Una flor, desde una cámara, por más que ya la haya visto, me obliga a observarla desde diferentes perspectivas. La cámara me permite explorar el problema de diferentes maneras.”
  • Queremos ser vistos y queremos ser escuchados: esta premisa la acompaña a Celsa a la hora de entrevistar a alguien, entrar en su casa, filmarlo. “Si vas a pedirle algo a alguien, da algo de tí. Yo siempre cuento algo de mí cuando voy a tomar una foto o escuchar una historia”.

 

“Voy a encontrar la organización perfecta”

Marcela Ricupero, brasileña, aventurera por naturaleza, gran facilitadora de procesos de innovación social y sensible a su entorno (donde sea que esté). Apasionada por la adaptación al cambio climático trabajó en la ONU, en Cruz Roja y Save the Children en Mozambique. Emprendió RuKafé junto con productores de café, dio clases en Amani Institute y actualmente es parte de Generation, una organización dedicada a acompañar a jóvenes en su inserción laboral en el sector IT. 

Marcela dice que llegó a donde está hoy gracias a 3 aspectos que influenciaron las decisiones de su vida: el fútbol, el amor y el trabajo. 

El fútbol, la llevó a Kenia. El amor por África, la llevó a Uganda. Por trabajo, siempre buscó la justicia social.

“Tenía mi plan de 10 años: quiero trabajar en algún país de África, trabajando con un salario remunerado. Cuando llegué a África, trabajé en Naciones Unidas y mi pregunta fue ¿Dónde está el impacto?, después de eso hice un curso de sobrevivencia, volví a Brasil, y ahí surgió mi relación con Amani Institute y RuKafé, otro fracaso (emprendimiento) que tal vez algún día retome. Hoy estoy trabajando en Generation con un programa JAVA, que es en una organización donde veo el impacto”

Marcela reflexiona No hay organización perfecta. No hay una receta, lo importante es saber lo que quieres, y saber tus valores” 

Respecto a los modelos mentales, desde chica siempre consideró al sector privado como un sector que no genera impacto, o más bien, que genera impacto negativo. Hoy ya no piensa lo mismo, “eso está cambiando hoy. Con estas generaciones cada vez hay más startups que su existencia es para mejorar el mundo.” Hoy trabaja en Generation donde entrenan a jóvenes en programación para que el día de mañana puedan conseguir un empleo formal. 

En su búsqueda del propósito, Marcela encontró estas respuestas:

  • Definí qué es impacto social para vos antes de salir a buscarlo: “¿cuál es la motivación detrás del impacto social? ¿qué significa impacto social para cada uno? Esto es muy importante para no encontrarte con esta frustración cuando llegues a una organización. ¿El impacto es distribuir insumos agrícolas a 2500 familias, y volver 6 meses después y encontrar que hubo una sequía y que no hay nada de comida. ¿O ayudar a una persona a arreglar su techo que se había volado con el viento?.”
  • Tener los valores muy claros, quién eres tú y por qué estás ahí: “¿Qué valorizas en una organización?. He trabajado en una organización con ambientes tóxicos y hoy me doy cuenta que eso es un no negociable. Cuáles son tus negociables y tus no negociables.”
  • Estar abierto a nuevas experiencias: “las organizaciones están compuestas de personas, cada una con sus modelos mentales, complejidades. Tu puedes estar trabajando porque ves la organización como un lugar donde vivir tu propósito de justicia pero tu compañero lo puede ver como un trabajo normal. Eso me dejó muy frustrada porque yo pensaba que todos trabajaban ahí por la misma razón que la mía. Tienes que navegar eso.” 
  • Pensar en el camino y no en el punto final: “Voy a hacer del fracaso mi mejor amigo. Fracasar rápido y aprender. Hay que tener coraje, paciencia y apertura para cambiar quien eres para luego cambiar el mundo.”

 

“Voy a tener más impacto trabajando en una ONG que en una corporación”

Pablo Bocco es cordobés, realizador audiovisual y tiene un posgrado en Cultural Management. Apasionado de las consecuencias de la innovación en todos sus colores y formas, Pablo se dedica a la gestión de proyectos de innovación social. Vivió en Kenia donde cursó el posgrado en gestión de la innovación social de Amani Institute, luego se mudó a Haití para dirigir TECHO en este país centroamericano y actualmente impulsa y apoya el proceso de evolución cultural de Naranja, liderando las iniciativas de sustentabilidad y responsabilidad social.

De una ONG en Haití a una organización financiera en Argentina, sin escalas. Nuestra primer pregunta fue ¿Cuál es la diferencia de trabajar en estos dos sectores?  “La principal diferencia entre los sectores es que no tenes los mismo recursos en una start up que en una ONG, que en una corporación, etc. Tenés diferentes tiempos también, los entregables corren en diferentes calendarios. En una ONG es todo para ayer.

Después comparó las organizaciones con fiestas. “No es lo mismo una fiesta de música electrónica, que una de salsa, o una de cumbia. Hay diferentes códigos. ¿Cuál es mi ropa? ¿qué tengo en el armario? Tal vez me tenga que comprar ropa nueva para meterme en otra fiesta o tal vez estoy cómodo con lo que tengo.” 

Para Pablo es muy importante detenerse en las historias que nos contamos. “¿Cómo nos contamos las historias? ¿cómo entendemos lo “social”? últimamente en la pandemia, estamos revisando qué entendemos por social. En Naranja me llamaron, desde RSE ¿qué tenemos que hacer? Lo primero que tenemos que hacer es meter a los 3000 colaboradores en sus casas y garantizar que puedan seguir trabajando desde ahí. ¿Pero qué tiene que ver con la RSE? Todo. Un turnero electrónico también puede ser impacto social, para que las 300 sucursales de Naranja agilicen los tiempos de los clientes.” 

Cuando nos imaginamos Haití ¿qué nos imaginamos? Probablemente surjan muchos estereotipos, o imágenes del terremoto. Esa era la misma imagen que tenía Pablo antes de viajar. Pero como es curioso, dejó que su curiosidad lo guiara en su nuevo rol como Director de Techo en Haití. 

“Cuando me preguntan ahora cómo es Haití, respondo que es un país muy desafiante. De un momento para el otro tenes agua después no tenés más. Tenés luz, no tenés luz. Pero también es un país donde estás caminando en medio de la noche y entrás en una fiesta, todos te reciben y tenés la mejor noche de tu vida.”

Pablo tuvo un primer descubrimiento de un modelo mental con el eclipse de sol en Haití. “Un chico del equipo me mandó una historieta sobre el eclipse y le respondí -jajaja- (él solo hablaba en creole y yo todavía no sabía hablarlo). Después me enteré que en Haití la historieta no es un cómic sino que es un medio de comunicación, una forma de llegar más fácil a la población porque la mayoría de la población no sabe leer. Entonces ahí me di cuenta que necesitaba un equipo de haitianos que supieran hablar español o inglés que me orientaran mejor en la cultura.”

Todos somos eternos aprendices. ¿Cómo sería nuestra vida si frenaramos a preguntarnos ciertas cosas que damos por obvias antes de actuar?

 

¿Qué es la felicidad para vos?

Para Pablo, la felicidad es “trabajar desde la autenticidad y definir el propósito. Mi propósito hoy es generar espacios donde la gente pueda hacer cambios. En Haití tocó reactivar una oficina y en Naranja me toca reformular una estrategia de impacto.”

Para Marcela, “lo más importante es el balance entre el trabajo y mi vida. Tener una vida que tenga una conexión con el mundo, con esta mirada global, y creer en los proyectos en los que estoy trabajando. Si no creo, no vale mi tiempo y el estrés.”

Para Celsa, “descubrí muy temprano qué me gustaba hacer y lo hacía bien. Mi trabajo me deja aprendizajes todo el tiempo. Escuchar las historias de la gente es sumamente gratificante. Mi consejo es que encuentren su batalla desde donde puedan darla pero siempre desde ustedes, algo que ustedes puedan dar.

La felicidad también podría estar escondida en ser conscientes de nuestro modelos mentales y estar alineados. Los modelos mentales no son buenos ni malos, simplemente son. Nos ayudan en nuestro propósito o nos juegan en contra, por eso es importante verlos. Y para verlos muchas veces necesitamos de otros, que nos iluminen nuestros puntos ciegos, que iluminen la raíz de nuestras acciones.

¿Tenés algún modelo mental que conscientemente abandonaste o que elegiste resignificar?

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